En unos pocos días se celebrará uno de los hitos más importantes en la historia de la humanidad: la llegada del hombre a la Luna la noche del 20 al 21 de julio de 1969. En esta entrada describiremos cómo se vivió ese momento histórico desde la Iglesia.
La presencia de la Iglesia católica en la Luna
El interés de la Iglesia por la Luna es muy anterior al vuelo del Apolo XI. Sin duda, la orden religiosa más interesada en nuestro satélite ha sido la Compañía de Jesús. Desde su fundación en 1534, los jesuitas han destacado no solamente por su labor misionera sino también por su actividad cultural y científica, que es entendida como parte fundamental de su labor evangelizadora. Los numerosos colegios y universidades que, durante décadas, han funcionado bajo su patrocinio en territorios de misión tan lejanos como China, India y Japón son un buen ejemplo de esto. Asimismo, los jesuitas han desarrollado a lo largo de su historia una ingente actividad investigadora en diferentes campos del saber entre los que destacan el geomagnetismo, meteorología, física solar y sismología, disciplina esta última en la que realizaron una extraordinaria labor (un resumen de la misma se puede encontrar aquí), que le valió ser conocida como la “ciencia de los jesuitas”. Otra disciplina científica de especial interés para los jesuitas es, sin duda, la Astronomía. Baste indicar que la Compañía de Jesús es responsable del Observatorio Vaticano y jugó un papel fundamental en el desarrollo de observatorios astronómicos en España como el Observatorio de Cartuja o el Observatorio del Ebro, entre otros. Prueba de esta intensa labor investigadora en el campo de la Astrofísica lo constituye el hecho de que 35 cráteres de la Luna tienen nombre de jesuitas (hacer click aquí para obtener la lista de los cráteres junto con una breve explicación de su nombre y aquí para la lista completa de cráteres aprobada por la Unión Astronómica Internacional).
Más allá de la denominación de una serie de cráteres o de los estudios científicos realizados sobre nuestro satélite, existe una presencia mucho más cercana de la Iglesia en la Luna y que está íntimamente relacionada con la misión del Apolo XI. Durante sus horas de estancia en nuestro satélite, además de realizar diferentes labores científicas, los astronautas Armstrong y Aldrin realizaron otra serie de actividades para conmemorar el carácter histórico del viaje. Una de ellas fue el depósito de un disco de silicio en el Mar de la Tranquilidad. Dicho disco contenía mensajes de buena voluntad emitidos por los líderes de 73 países del mundo. Entre estos discursos estaba el del Papa Pablo VI, quien utilizó el Salmo 8 para dar gloria a Dios como creador del Universo y destacar el papel central del hombre en la historia de la creación. El documento oficial de NASA, publicado el 13 de julio de 1969, que describe el contenido del disco y contiene los mensajes de buena voluntad se puede encontrar aquí.
El disco de silicio con mensajes de buena voluntad dejado en la luna por los astronautas del Apolo 11 (fuente Wikipedia).
Los discursos del Papa sobre la llegada del hombre a la Luna.
El 20 de julio de 1969 fue domingo y, como no podía ser de otra manera, el Papa Pablo VI dedicó la meditación previa al rezo del Ángelus al extraordinario evento que horas más tarde iba a tener lugar. Durante su alocución destacó el talento y la valentía como características necesarias para el progreso y alabó los beneficios que los avances científicos producen a la humanidad. Pero también alertó de los peligros de caer en una idolatría a la tecnología y en un mal uso de la misma. La tecnología debe estar al servicio del hombre y debe servir para hacerlo mejor. Asimismo, los logros científicos no deben hacer caer al hombre en la tentación de sentirse Dios y pensar que es capaz de todo. Éstas fueron algunas de las principales ideas del discurso de Pablo VI, quien concluyó haciendo referencia a los conflictos bélicos que en aquel momento tenían lugar en diferentes puntos del planeta para incidir en el hecho de que la tecnología por sí sola no mejora al hombre sino que los avances en este campo deben tener también asociados un progreso moral. En palabras del Papa “Es necesario que el corazón del ser humano sea tanto más libre, más bueno, más religioso, cuanto la potencia de las máquinas, de las armas, de los instrumentos que el hombre pone a su propia disposición es mayor y más peligrosa”. El discurso original (en italiano) se puede encontrar aquí. .
Ésta no fue la única vez que el Papa hizo referencia a la misión del Apolo XI. Una semana antes, el discurso del 13 de julio se centra en la propia naturaleza humana, tan pequeña y frágil y, a la vez, capaz de embarcarse en retos tan impresionantes como el viaje a la Luna. Asimismo, también podemos encontrar diferentes referencias a la misión en las Audiencias de los meses de mayo y junio. Un excelente resumen de los discursos del Papa sobre el Apolo XI lo podemos encontrar aquí.
¿Como vivió el Papa Pablo VI la llegada del hombre a la Luna?
Como tantos otros millones de personas, el Papa Pablo VI vivió con enorme interés las horas previas a que Neil Armstrong diera el primer paso sobre la superficie de nuestro satélite. Y lo hizo desde las instalaciones del Observatorio Vaticano en su residencia de verano en Castelgandolfo, desde donde pudo observar la Luna utilizando uno de los telescopios de dicho observatorio.
Pablo VI, acompañado por el director del Observatorio Vaticano, observando la Luna desde las instalaciones de Castelgandolfo.
Tras la observación astronómica, el Papa siguió a través de la televisión el momento histórico en el que Neil Armstrong puso su pie sobre la superficie lunar. Un vídeo corto (en italiano y en inglés) resumiendo cómo vivió el Papa esas horas y el discurso que dirigió a los astronautas justo después del alunizaje se puede encontrar aquí. "Honor, saludos y bendiciones a vosotros, conquistadores de la Luna, tenue lámpara de nuestras noches y nuestros sueños", fueron algunas de las palabras que el Papa dirigió a los tripulantes del Apolo XI, El discurso íntegro (en italiano) se puede encontrar aquí
La recepción en el Vaticano
Tras su regreso a la Tierra, los tripulantes del Apolo XI realizaron una gira por 24 países en 27 días. La gira, cuyo nombre original fue GIANTSTEP-APOLLO 11 Presidential Goodwill Tour, tenía como objetivo compartir con el resto de la países el logro alcanzado por Estados Unidos. En el marco de esta gira, el 16 de octubre de 1969 Armstrong, Aldrin y Collins, así como sus mujeres, fueron recibidos por Pablo VI en la biblioteca papal de la catedral de San Pedro en el Vaticano. Durante el acto, el Papa dirigió un discurso a los astronautas, mostrando su admiración por el logro conseguido. Haciendo referencia al Salmo 19 ("El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos"), el Papa expresó sus deseos de que la recién comenzada exploración espacial llevara a un mejor conocimiento de la obra creadora de Dios, de su infinitud, poder y perfección y que sirviera para unir en paz a todos los pueblos de la Tierra. El discurso íntegro en inglés se puede encontrar aquí.
Otras curiosidades
- Dos son las comparaciones "bíblicas" que se suelen hacer de Michael Collins, el piloto del módulo de mando que no participó en el descenso a nuestro satélite. Por un lado, se le puede comparar con Moisés ya que tuvo cerca "La Luna prometida" pero nunca llegó a pisarla. Por otro lado, también es comparado con Adán, ya que en palabras de la propia NASA, nadie antes de él había experimentado una soledad semejante mientras orbitaba por la cara oculta de la Luna sin ningún tipo de conexión ni con sus compañeros ni con la Tierra.
Fotografía del módulo lunar del Apolo XI durante su maniobra de ascenso desde la Luna. La imagen fue tomada por Michael Collins desde el módulo de mando y servicio y es considerada como el "antiselfie perfecto", ya que incluye a toda la humanidad salvo a él mismo.
- Uno de los aspectos menos conocidos de la misión Apolo XI es que Aldrin tomó la comunión en la Luna. Si quieres saber más sobre este tema te invito a leer la entrada titulada "La Comunión de Buzz Aldrin en la Luna".
- Gene Kranz fue director de vuelo del Apolo XI y el máximo responsable de traer sanos y salvos a la Tierra a los astronautas del Apolo XIII. El director de vuelo es la autoridad máxima para tomar cualquier decisión relacionada con el éxito de la misión y la seguridad de la tripulación. Gene es católico practicante y rezaba una oración al Espíritu Santo cada vez que comenzaba un nuevo turno de trabajo en el Control de Misión en Houston, Texas. Al igual que hizo con cada misión en la que participó, en la misa del sábado 19 de julio pidió una bendición por el éxito del Apolo XI.
- Aunque la ausencia de selenitas hace que el número de feligreses católicos en nuestro satélite sea nulo, si estos existieran tendrían asignados diócesis y obispo: la de Orlando, en el estado de Florida. Y la razón de esto no es otra que la aplicación de uno de los apartados del Código de Derecho Canónico en vigor en 1969 que decía que «cualquier nuevo territorio descubierto debía estar bajo la jurisdicción de la diócesis desde donde partió la expedición». Basta recordar que Cabo Kennedy pertenece a la diócesis de Orlando para entender que dicha diócesis puede considerarse la de mayor extensión de toda la cristiandad. Mas detalles sobre este curioso hecho se pueden encontrar aquí.
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