domingo, 1 de diciembre de 2019

La Universidad y la Iglesia Católica

Uno de los principales argumentos de los defensores del conflicto entre ciencia y fe es que la Iglesia siempre ha atacado a la ciencia por temor a perder su monopolio de la verdad. Nada más lejos de la realidad.

Las Universidades son un claro ejemplo de lo erróneo de este argumento. Las Universidades nacieron en el seno de la Iglesia como fruto de la evolución natural de las escuelas monásticas que surgieron hacia el siglo VI (y que fueron las principales garantes del conocimiento clásico y del desarrollo de las siete artes liberales) y de las escuelas palatinas y catedralicias que apareceron por todo el continente europeo tras Carlomagno. La relación tan intensa que existió durante siglos entre Iglesia y Universidad ha quedado plasmado en los símbolos de universidades tan prestigiosas como Oxford (la primera universidad de Inglaterra, con estudios desde el siglo XI), en cuyo escudo aparece una cita del Salmo 27: Dominus Illuminatio Mea ("El señor es mi luz"). 

 
                                     Escudo de la Universidad de Oxford 

Aunque desde el Renacimiento la Universidad ha experimentado un proceso de secularización evidente, la tradición de docencia universitaria de la Iglesia ha perdurado hasta nuestros días a través de las universidades católicas. 

El papel que deben jugar las universidad católicas en el siglo XXI se describe en la constitución apostólica (la norma de más alto nivel publicada por el Papa) Ex Corde Ecclesiae (S. Juan Pablo II, 1990).  Destacaremos a continuación algunos puntos de este documento pontificio:

  • Uno de los principales déficits de la enseñanza universitaria moderna es su excesiva compartimentación. Se suele tender a una súperespecialización en lugar de dar una versión holística de temas complejos. En particular, es obligación de la universidad católica considerar las componentes moral y espiritual de los nuevos avances en ciencia y tecnología.
      
    "7. En el mundo de hoy, caracterizado por unos progresos tan rápidos en la ciencia y en la tecnología, las tareas de la Universidad Católica asumen una importancia y una urgencia cada vez mayores. De hecho, los descubrimientos científicos y tecnológicos, si por una parte conllevan un enorme crecimiento económico e industrial, por otra imponen ineludiblemente la necesaria correspondiente búsqueda del significado, con el fin de garantizar que los nuevos descubrimientos sean usados para el auténtico bien de cada persona y del conjunto de la sociedad humana. Si es responsabilidad de toda Universidad buscar este significado, la Universidad Católica está llamada de modo especial a responder a esta exigencia; su inspiración cristiana le permite incluir en su búsqueda, la dimensión moral, espiritual y religiosa, y valorar las conquistas de la ciencia y de la tecnología en la perspectiva total de la persona humana".


  •   Las universidades católicas deben ser el entorno en donde sea mayor el compromiso del diálogo entre fe y razón.  
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    "17. Promoviendo dicha integración, la Universidad Católica debe comprometerse, más específicamente, en el diálogo entre fe y razón, de modo que se pueda ver más profundamente cómo fe y razón se encuentran en la única verdad. Aunque conservando cada disciplina académica su propia identidad y sus propios métodos, este diálogo pone en evidencia que la «investigación metódica en todos los campos del saber, si se realiza de una forma auténticamente científica y conforme a las leyes morales, nunca será en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y las de la fe tienen su origen en el mismo Dios» La vital interacción de los dos distintos niveles de conocimiento de la única verdad conduce a un amor mayor de la verdad misma y contribuye a una mejor comprensión de la vida humana y del fin de la creación."
    "18. Puesto que el saber debe servir a la persona humana, en una Universidad Católica la investigación se debe realizar siempre preocupándose de las implicaciones éticas y morales, inherentes tanto a los métodos como a sus descubrimientos... Los hombres de ciencia ayudarán realmente a la humanidad sólo si conservan "el sentido de la trascendencia del hombre sobre el mundo y de Dios sobre el hombre".
    "23. Se insta a los estudiantes a adquirir una educación que armonice la riqueza del desarrollo humanístico y cultural con la formación profesional especializada". 
     
  • Las universidades católicas deben ser un instrumento para mejorar el mundo y un altavoz para denunciar injusticias.
    "32. La Universidad Católica, como cualquier otra Universidad, está inmersa en la sociedad humana...Sus actividades de investigación incluirán, por tanto, el estudio de los graves problemas contemporáneos, tales como, la dignidad de la vida humana, la promoción de la justicia para todos, la calidad de vida personal y familiar, la protección de la naturaleza, la búsqueda de la paz y de la estabilidad política, una distribución más equitativa de los recursos del mundo y un nuevo ordenamiento económico y político que sirva mejor a la comunidad humana a nivel nacional e internacional. La investigación universitaria se deberá orientar a estudiar en profundidad las raíces y las causas de los graves problemas de nuestro tiempo, prestando especial atención a sus dimensiones éticas y religiosas.
    Si es necesario, la Universidad Católica deberá tener la valentía de expresar verdades incómodas, verdades que no halagan a la opinión pública, pero que son también necesarias para salvaguardar el bien auténtico de la sociedad.


         
         




sábado, 20 de julio de 2019

La Comunión de Buzz Aldrin en la Luna


Una de las primeras cosas que tuvieron que hacer Armstrong y Aldrin cuando el módulo lunar Eagle se posó en el Mar de la Tranquilidad fue esperar. El alunizaje se produjo a las 20:17 UTC del 20 de julio y no fue hasta las 02:56 UTC del 21 de julio cuando Armstrong pisó la superficie de nuestro satélite. Durante esas largas horas de espera, programadas para que los astronautas se recuperasen mental y físicamente del alunizaje y estuvieran en perfectas condiciones para las actividades y experimentos a realizar sobre la superficie lunar, tuvo lugar un hecho que fue considerado como de "perfil bajo" por NASA y al cual se trató de dar no demasiada publicidad: la comunión de Aldrin.

Aldrin era una figura destacada de la Iglesia Presbiteriana de Webster en Texas. La forma de gobierno de esta rama del protestantismo es a través de lo que en español podríamos traducir de manera un tanto libre como "consejo de ancianos" (elder es la palabra inglesa para definir a estos miembros). Y Aldrin, que era elder en Webster,  pidió un permiso especial para llevar pan y vino en el Apolo XI y tomar la comunión en la Luna. 

Bolsa para la comunión y cáliz que Aldrin llevo a bordo del Apolo XI (Créditos: David Frohman, President of Peachstate Historical Consulting, Inc.).

En un momento dado durante esas horas de espera, Aldrin se dirigió al control de misión en la Tierra solicitando unos minutos de silencio e invitando a cada persona que estuviera escuchando a meditar sobre los extraordinarios acontecimientos vividos en las últimas horas y dar gracias por el éxito de los mismos. Una vez esto, Aldrin vertió el vino en el cáliz, leyó unos versos de la Biblia y comió y bebió el pan y el vino. Armstrong fue espectador excepcional de dicha ceremonia pero no participó en la misma. Aunque la Iglesia Presbiteriana reconoce el Bautismo y la Eucaristía como sacramentos, éste último lo considera como un simple recuerdo de lo realizado por Cristo durante la última cena ya que no creen en la doctrina católica de la transustanciación. 


Manuscrito con el texto de la Biblia que Aldrin leyó durante la ceremonia de la comunión (Cŕeditos: M Otero/AP Photo). La parte superior corresponde al capítulo 15, versículo 5 del Evangelio de San Juan: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer".

Aldrin era de la opinión que dicha ceremonia debería de haberse transmitido a todo el mundo pero NASA tenía muy presente la demanda interpuesta por un grupo pro-ateísmo a causa de la lectura de la Biblia por parte de los astronautas del Apolo 8 en la Nochebuena de 1968. Es por esto por lo que el control de misión, cuando concedió permiso a Aldrin para la celebración de la comunión, le sugirió que sus comentarios fueran lo "más generales posible". También le manifestaron sus preferencias de que la ceremonia tuviera lugar dentro del módulo lunar y no sobre la superficie de la Luna. La celebración de esta comunión lunar se sigue recordando anualmente en la Iglesia Presbiteriana de Webster, con especial énfasis este año en el que se celebra el 50 aniversario de dicho evento. 

Después de Aldrin otros astronautas han celebrado ceremonias religiosas en el espacio. En 1994, tres astronautas católicos (Sid Gutierrez, Thomas Jones and Kevin Chilton), comulgaron a bordo del transbordador Endeavor. Un relato de dicho evento se puede encontrar aquí. Mike Hopkins, en su misión de septiembre de 2013 a la Estación Espacial Internacional, llevó, tras un acuerdo especial con la Archidiócesis de Galveston-Houston y con la ayuda de James H. Kuczynski, sacerdote de la Iglesia católica Mary Queen en Friendswood, Texas, un portaviático con 24 formas consagradas para poder tomar la comunión durante su estancia en el espacio.

Un buen artículo en inglés sobre la comunión de Aldrin se puede encontrar aquí. Más detalles sobre las experiencias de astronautas católicos en el espacio se pueden encontrar aquí.





domingo, 7 de julio de 2019

La Iglesia y la llegada del hombre a la Luna.

En unos pocos días se celebrará uno de los hitos más importantes en la historia de la humanidad: la llegada del hombre a la Luna la noche del 20 al 21 de julio de 1969. En esta entrada describiremos cómo se vivió ese momento histórico desde la Iglesia. 


La presencia de la Iglesia católica en la Luna

El interés de la Iglesia por la Luna es muy anterior al vuelo del Apolo XI. Sin duda, la orden religiosa más interesada en nuestro satélite ha sido la Compañía de Jesús. Desde su fundación en 1534, los jesuitas han destacado no solamente por su labor misionera sino también por su actividad cultural y científica, que es entendida como parte fundamental de su labor evangelizadora. Los numerosos colegios y universidades que, durante décadas, han funcionado bajo su patrocinio en territorios de misión tan lejanos como China, India y Japón son un buen ejemplo de esto. Asimismo, los jesuitas han desarrollado a lo largo de su historia una ingente actividad investigadora en diferentes campos del saber entre los que destacan el geomagnetismo, meteorología, física solar y sismología, disciplina esta última en la que realizaron una extraordinaria labor (un resumen de la misma se puede encontrar aquí), que le valió ser conocida como la “ciencia de los jesuitas”. Otra disciplina científica de especial interés para los jesuitas es, sin duda, la Astronomía. Baste indicar que la Compañía de Jesús es responsable del Observatorio Vaticano y jugó un papel fundamental en el desarrollo de observatorios astronómicos en España como el Observatorio de Cartuja o el Observatorio del Ebro, entre otros. Prueba de esta intensa labor investigadora en el campo de la Astrofísica lo constituye el hecho de que 35 cráteres de la Luna tienen nombre de jesuitas (hacer click aquí para obtener la lista de los cráteres junto con una breve explicación de su nombre y aquí para la lista completa de cráteres aprobada por la Unión Astronómica Internacional). 

Más allá de la denominación de una serie de cráteres o de los estudios científicos realizados sobre nuestro satélite, existe una presencia mucho más cercana de la Iglesia en la Luna y que está íntimamente relacionada con  la misión del Apolo XI. Durante sus horas de estancia en nuestro satélite, además de realizar diferentes labores científicas, los astronautas Armstrong y Aldrin realizaron otra serie de actividades para conmemorar el carácter histórico del viaje. Una de ellas fue el depósito de un disco de silicio en el Mar de la Tranquilidad. Dicho disco contenía mensajes de buena voluntad emitidos por los líderes de 73 países del mundo. Entre estos discursos estaba el del Papa Pablo VI, quien utilizó el Salmo 8  para dar gloria a Dios como creador del Universo y destacar el papel central del hombre en la historia de la creación. El documento oficial de NASA, publicado el 13 de julio de 1969, que describe el contenido del disco y contiene los mensajes de buena voluntad se puede encontrar aquí.

El disco de silicio con mensajes de buena voluntad dejado en la luna por los astronautas del Apolo 11 (fuente Wikipedia). 


Los discursos del Papa sobre la llegada del hombre a la Luna. 

El 20 de julio de 1969 fue domingo y, como no podía ser de otra manera, el Papa Pablo VI dedicó la meditación previa al rezo del Ángelus al extraordinario evento que horas más tarde iba a tener lugar. Durante su alocución destacó el talento y la valentía como características necesarias para el progreso y alabó los beneficios que los avances científicos producen a la humanidad. Pero también alertó de los peligros de caer en una idolatría a la tecnología y en un mal uso de la misma. La tecnología debe estar al servicio del hombre y debe servir para hacerlo mejor. Asimismo, los logros científicos no deben hacer caer al hombre en la tentación de sentirse Dios y pensar que es capaz de todo. Éstas fueron algunas de las principales ideas del discurso de Pablo VI, quien concluyó haciendo referencia a los conflictos bélicos que en aquel momento tenían lugar en diferentes puntos del planeta para incidir en el hecho de que la tecnología por sí sola no mejora al hombre sino que los avances en este campo deben tener también asociados un progreso moral. En palabras del Papa “Es necesario que el corazón del ser humano sea tanto más libre, más bueno, más religioso, cuanto la potencia de las máquinas, de las armas, de los instrumentos que el hombre pone a su propia disposición es mayor y más peligrosa”. El discurso original (en italiano) se puede encontrar aquí.

Ésta no fue la única vez que el Papa hizo referencia a la misión del Apolo XI. Una semana antes, el discurso del 13 de julio se centra en la propia naturaleza humana, tan pequeña y frágil y, a la vez, capaz de embarcarse en retos tan impresionantes como el viaje a la Luna. Asimismo, también podemos encontrar diferentes referencias a la misión en las Audiencias de los meses de mayo y junio. Un excelente resumen de los discursos del Papa sobre el Apolo XI lo podemos encontrar aquí


¿Como vivió el Papa Pablo VI la llegada del hombre a la Luna?

Como tantos otros millones de personas, el Papa Pablo VI vivió con enorme interés las horas previas a que Neil Armstrong diera el primer paso sobre la superficie de nuestro satélite. Y lo hizo desde las instalaciones del Observatorio Vaticano en su residencia de verano en Castelgandolfo, desde donde pudo observar la Luna utilizando uno de los telescopios de dicho observatorio.


Pablo VI, acompañado por el director del Observatorio Vaticano, observando la Luna desde las instalaciones de Castelgandolfo.


Tras la observación astronómica, el Papa siguió a través de la televisión el momento histórico en el que Neil Armstrong puso su pie sobre la superficie lunar. Un vídeo corto (en italiano y en inglés) resumiendo cómo vivió el Papa esas horas y el discurso que dirigió a los astronautas justo después del alunizaje se puede encontrar aquí. "Honor, saludos y bendiciones a vosotros, conquistadores de la Luna, tenue lámpara de  nuestras noches y nuestros sueños", fueron algunas de las palabras que el Papa dirigió a los tripulantes del Apolo XI, El discurso íntegro (en italiano) se puede encontrar aquí




La recepción en el Vaticano

Tras su regreso a la Tierra, los tripulantes del Apolo XI realizaron una gira por 24 países en 27 días. La gira, cuyo nombre original fue GIANTSTEP-APOLLO 11 Presidential Goodwill Tour, tenía como objetivo compartir con el resto de la países el logro alcanzado por Estados Unidos. En el marco de esta gira, el 16 de octubre de 1969 Armstrong, Aldrin y Collins, así como sus mujeres, fueron recibidos por Pablo VI en la biblioteca papal de la catedral de San Pedro en el Vaticano. Durante el acto, el Papa dirigió un discurso a los astronautas, mostrando su admiración por el logro conseguido. Haciendo referencia al Salmo 19 ("El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos"), el Papa expresó sus deseos de que la recién comenzada exploración espacial llevara a un mejor conocimiento de la obra creadora de Dios, de su infinitud, poder y perfección y que sirviera para unir en paz a todos los pueblos de la Tierra. El discurso íntegro en inglés se puede encontrar aquí. 



Otras curiosidades

  • Dos son las comparaciones "bíblicas" que se suelen hacer de Michael Collins, el piloto del módulo de mando que no participó en el descenso a nuestro satélite. Por un lado, se le puede comparar con Moisés ya que tuvo cerca "La Luna prometida" pero nunca llegó a pisarla. Por otro lado, también es comparado con Adán, ya que en palabras de la propia NASA, nadie antes de él había experimentado una soledad semejante mientras orbitaba por la cara oculta de la Luna sin ningún tipo de conexión ni con sus compañeros ni con la Tierra. 
Fotografía del módulo lunar del Apolo XI durante su maniobra de ascenso desde la Luna. La imagen fue tomada por Michael Collins desde el módulo de mando y servicio y es considerada como el "antiselfie perfecto", ya que incluye a toda la humanidad salvo a él mismo. 

  • Uno de los aspectos menos conocidos de la misión Apolo XI es que Aldrin tomó la comunión en la Luna. Si quieres saber más sobre este tema te invito a leer la entrada titulada "La Comunión de Buzz Aldrin en la Luna"
  • Gene Kranz fue director de vuelo del Apolo XI y el máximo responsable de traer sanos y salvos a la Tierra a los astronautas del Apolo XIII. El director de vuelo es la autoridad máxima para tomar cualquier decisión relacionada con el éxito de la misión y la seguridad de la tripulación. Gene es católico practicante y rezaba una oración al Espíritu Santo cada vez que comenzaba un nuevo turno de trabajo en el Control de Misión en Houston, Texas. Al igual que hizo con cada misión en la que participó, en la misa del sábado 19 de julio pidió una bendición por el éxito del Apolo XI. 
  • Aunque la ausencia de selenitas hace que el número de feligreses católicos en nuestro satélite sea nulo, si estos existieran tendrían asignados diócesis y obispo: la de Orlando, en el estado de Florida. Y la razón de esto no es otra que la aplicación de uno de los apartados del Código de Derecho Canónico en vigor en 1969 que decía que «cualquier nuevo territorio descubierto debía estar bajo la jurisdicción de la diócesis desde donde partió la expedición». Basta recordar que Cabo Kennedy pertenece a la diócesis de Orlando para entender que dicha diócesis puede considerarse la de mayor extensión de toda la cristiandad. Mas detalles sobre este curioso hecho se pueden encontrar aquí. 

martes, 26 de marzo de 2019

Desmontando el conflicto entre Ciencia y Fe. El "Nobel de los profesores" concedido a un profesor de ciencias... franciscano

                                    Fuente:https://www.globalteacherprize.org

El Global Teacher Prize es un premio que otorga de manera anual la fundación británica Varkey. Está dotado con 1 millón de dólares y se concede a un profesor que haya realizado una contribución sobresaliente en su profesión. Coloquialmente el premio es conocido como "el Nobel de los profesores".

En 2019 se presentaron 10 000 nominaciones de 179 países y el premio recayó en Peter Tabichi, un fraile franciscano que ha dedicado su vida a ayudar a los demás. Peter dona mensualmente el 80% de su salario para que muchos de sus alumnos puedan comprar libros o uniformes escolares. Asimismo son conocidos sus esfuerzos para aumentar la concordia y confianza entre diferentes grupos étnicos que conviven en la misma comunidad y para fomentar el papel de la mujer en la vida académica y profesional.

Peter es profesor de ciencias en una zona remota del Valle del Rift en Kenya. Como docente, inculca a sus alumnos la idea de que "la ciencia es el camino a seguir" si se quiere sacar a África del atraso y la pobreza. Y, según Peter, en esta tarea los jóvenes estudiantes deben jugar un papel fundamental. 

Es fácil imaginar que las condiciones de trabajo de Peter distan mucho de ser ideales. A diario se tiene que enfrentar con clases masificadas de 70-80 alumnos, muchos de los cuales tienen que caminar entre 5 y 10 kilómetros para llegar a la escuela. El propio Peter tiene que trasladarse de manera frecuente a un cibercafé para descargar de Internet material para sus clases de ciencias. A pesar de estas duras condiciones, sus alumnos han sido premiados en diferentes competiciones tanto nacionales como internacionales.

Peter Tabichi es un excelente ejemplo de la armonía entre Ciencia y Fe. 

La historia completa sobre Peter, el premio y su labor docente se puede encontrar aquí (en inglés).
 

martes, 1 de enero de 2019

Apolo 8. "In the beginning God..."


En las Navidades de 2018 se cumplen 50 años del Apolo 8, la misión que puso por primera vez al ser humano en órbita alrededor de la Luna. El Apolo 8 fue la segunda misión tripulada del programa Apolo. Asimismo, fue el tercer vuelo y el primer lanzamiento tripulado del Saturno V, el cohete que, meses más tarde, pondría a la tripulación del Apolo 11 sobre la superficie de la Luna.

Su lanzamiento tuvo lugar el 21 de diciembre de 1968 y fue la primera nave tripulada en abandonar la órbita de la Tierra, llegar a la Luna, orbitar alrededor de la misma y volver a la Tierra. Su tripulación (Fran Borman, comandante; James Lowell, piloto y William Anders, piloto del módulo lunar) fueron los primeros seres humanos en contemplar la Tierra completa, la cara oculta de la Luna y el amanecer de la Tierra sobre el horizonte lunar en lo que ha sido una de las fotos más icónicas de la exploración espacial. La tripulación del Apolo 8 regresó a la tierra el 27 de diciembre de 1968, amerizando en el Pacífico norte. Fueron nombrados "Hombres del año" por la revista Time. 



Lanzamiento del Apolo 8 el 21 de diciembre de 1968 desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. Fuente NASA. 




Tripulación del Apolo 8. De izquierda a derecha Lowell, Anders y Borman. Fuente Wikipedia




Fotografía del planeta Tierra realizada por la tripulación del Apolo 8 en su camino hacia la Luna. En el centro de la imagen aparece Sudamérica, cubierta por nubes prácticamente en su totalidad. Fuente NASA. 




Earthrise. Amanecer de la Tierra sobre el horizonte lunar. Ésta es una de las fotografías más icónicas de toda la exploración espacial y fue elegida por la revista Time como una de las 100 fotografías del siglo XX.


Aunque la fotografía del amanecer terrestre tomada por Borman ha pasado a la posteridad, hay que indicar que, si bien fue la primera tomada por un ser humano (y en color), realmente no fue la primera. Este honor corresponde a la misión Lunar Orbiter 1, proyecto que tenía como objetivo fotografiar la superficie lunar para seleccionar posibles zonas de alunizaje. La misión tomó 207 fotografías antes de ser estrellada contra la Luna el 29 de octubre de 1966. 


Fotografía del amanecer terrestre tomada por la misión Lunar Orbiter 1 en 1966. Fuente Wikipedia. 


  • Las fotografías de la Tierra y del amanecer terrestre sobre el horizonte lunar, ¿fueron las únicas que tomó el Apolo 8?
Ni mucho menos. Uno de los objetivos de la misión era el reconocimiento de posibles zonas de alunizaje, en particular en el Mar de la Tranquilidad. De hecho, la hora del despegue del Apolo 8 había sido elegida para garantizar las mejores condiciones de luz durante la exploración de dichas regiones. Al final de la misión, la tripulación del Apolo 8 había tomado más de 700 fotografías de la Luna y 150 de la Tierra. 


  • ¿Existía alguna misión similar por parte de la Unión Soviética? 
Una de las cosas que más sorprende de los últimos años de la carrera especial antes de la llegada a la Luna es el corto espacio de tiempo entre lanzamientos. Tan sólo 7 meses después del Apolo 8, en julio de 1969, el Apolo 11 se posaba en la Luna. Y entre ellos, las misiones exitosas del Apolo 9 y el Apolo 10. 

Dos fueron los principales motivos de este ritmo vertiginoso. Por un lado, cumplir la promesa realizada por el presidente Kennedy a principios de los años 60 de poner un hombre en la Luna y devolverlo sano y salvo a la Tierra antes de final de la década. Por otro lado, el temor a que la Unión Soviética se adelantara en este objetivo. Todo ello hizo que las misiones Apolo volaran con un porcentaje de riesgo inaceptable para nuestros estándares actuales (la probabilidad de éxito del Apolo 8 era solamente del 50%. Un interesante artículo sobre los problemas que podian haber surgido durante el transcurso de la misión se puede encontrar aquí).  De hecho, la sonda soviética Zond 5, lanzada en septiembre de 1968, fue la primera nave en orbitar la Luna y regresar a la Tierra y se considera la precursora de los vuelos lunares tripulados dentro del programa espacial soviético. La sonda se acercó hasta una distancia de 1950 km de la superficie lunar y fue recuperada con éxito así como su carga biológica (tortugas, moscas del vino, bacterias, lombrices, plantas y semillas) el 12 de septiembre de 1968.



  • Apolo 8. Un maravilloso ejemplo de armonía entre Ciencia y Fe. 
Uno de los testimonios más impresionantes de las relaciones entre Ciencia y Fe lo protagonizó la tripulación del Apolo 8 durante la Nochebuena de 1968. Mientras la superficie lunar iba corriendo a través de las ventanillas de la nave, los miembros del Apolo 8 leyeron los diez primeros versículos del Genésis en la que, en su época, fue la retransmisión de televisión con la mayor audiencia de la historia (mil millones de personas, una de cada cuatro según la población mundial en 1968). Anders leyó los cuatro primeros versículos, Lowell los cuatro siguientes y Borman los dos últimos. Con un "Feliz Navidad" y "Que Dios os bendiga" terminaron la transmisión. 

El mensaje de Navidad de la tripulación del Apolo 8 se encuentra de manera íntegra (a partir del minuto uno) en el siguiente enlace de Youtube:

https://www.youtube.com/watch?v=uqqlb22ix4o

Recientemente, el 11 de diciembre de 2018, el museo Smithsonian en colaboración con NASA, organizaron un evento en la catedral nacional de Washington D.C para conmemorar el 50 aniversario de dicha lectura. Información detallada sobre dicho evento se puede encontrar aquí. 

Resulta impactante pensar que, en un momento de triunfo de la ciencia y tecnología en donde el esfuerzo de miles de personas había hecho posible situar a tres seres humanos a cientos de miles de kilómetros de la Tierra, justo en ese momento, el hombre vuelva su vista a un libro escrito miles de años antes pero cuyos contenidos son atemporales. Y no centra su interés en unos versículos elegidos al azar sino en aquéllos que, mediante un lenguaje simbólico, describen la creación divina del Universo. 

La lectura del Génesis fue un hecho que no pasó desapercibido para los sectores más beligerantes del ateismo. De hecho, la fundadora del movimiento "Ateísmo Americano" presentó una demanda judicial argumentando que la lectura de la Biblia de unos funcionarios públicos como los astronautas había violado la Primera Enmienda. La causa fue finalmente archivada por el Tribunal Supremo en 1970. Por contra, la lectura de los versículos no supuso ningún problema para otros científicos ateos quienes manifestaron su acuerdo con la lectura, en fechas tan señaladas, de un libro que sirve de guía espiritual a más de la mitad de la población de la Tierra y que, sin duda, forma parte del bagaje cultural de la Humanidad.  

Frank Borman realizó una visita al Vaticano en febrero de 1969, tan sólo dos meses de su vuelta a la Tierra. El discurso que le dirigió Pablo VI durante dicha visita se puede encontrar aquí. Durante su visita al Observatorio Vaticano, Borman regaló una copia de la foto del amanecer de la Tierra al Padre Daniel O’Connell, director del Observatorio.